¿Qué sucede con el colectivo de comadronas? ¿Dónde quedó nuestra identidad?
¿Qué sucede con el colectivo de comadronas? ¿Dónde quedó nuestra identidad?
¿Es una situación sólo de España, o nuestras condiciones están mermadas también en los países de nuestro entorno?
Comadronas, matronas, enfermeras especialistas... ¿quiénes somos? ¿Qué significa identidad profesional?
Nuestro abanico de competencias es muchas veces desconocido, se dan situaciones en las que ni mujeres ni compañeros de trabajo las conocen, ¿por qué tanta confusión?
¿Qué implica una identidad en crisis?
Cansancio, apatía y hartazgo de muchas profesionales... incluso respecto a su propio trabajo, su pasión y su forma de vida.
Según el BOE, nuestro perfil competencial incluye, entre multitud de aptitudes, la siguiente:
w) Liderar y desarrollar la especialidad mediante el compromiso profesional.
Nosotras lo sabemos, somos la profesional referente en la salud sexual y reproductiva, en los ciclos vitales de la mujer, en todas sus fases... será por ello, una profesión de mujeres dedicada a las mujeres, doble invisibilización, ninguneadas a lo largo de la historia, machacadas no sólo externamente, a veces internamente por el propio colectivo.
La OMS manifiesta que todas las mujeres y recién nacidos tienen el derecho a una atención de calidad liderada por matronas. Declara que somos esenciales en todos los escenarios de la salud sexual y reproductiva, atención hospitalaria, comunitaria, docencia y política. Su evidencia es clara, somos la llave para la seguridad de las mujeres, a nivel local y global. No sólo alude a países en vías de desarrollo, el mensaje es también para los países que se consideran desarrollados.
La identidad de una comadrona está estrechamente vinculada a la seguridad de los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva. Cuando se confunde su profesión, su identidad y su voz se pierden, y detrás se van las mujeres.
Necesitamos rescatar nuestro rol sin jerarquías, la colaboración interprofesional, reclamar la transversalidad para recuperar nuestra esencia, soberanía y autonomía profesional. Y sobretodo, mantener el tú a tú con las mujeres. Somos sus aliadas, debemos ejercer nuestro liderazgo en los servicios, no por corporativismo, sino por ellas. Nuestra característica principal es una atención centrada en la mujer, nuestro gold-standard es la continuidad de los cuidados. Por ello debemos reclamar nuestra voz y evitar una crisis de identidad. El rol de la comadrona es único, no es repetible.
Reflexión, formación e integración: tres puntos con una evidencia de impacto. ¿Podemos hacer autocrítica? Reflexionar está demostrado ser un proceso de desarrollo de nuestra identidad que mejora la seguridad de nuestras actuaciones y mantiene el compromiso con nuestra profesión. La evolución de la formación es otra clave, nuevos programas de calidad más allá del EIR, más matronas, nos beneficia a todas. Y la tercera llave: la integración en todos los escenarios. Somos una inversión rentable.
Somos un seguro para dar voz a las mujeres. Se trata del desarrollo futuro de la atención a la salud sexual y reproductiva, un indicador del nivel de salud de una sociedad. Es el momento de tomar acción colectiva matrona, comadrona, llevadora, comare, midwife.