#35 - A Cuentagotas - Monitorización fetal continua
Este episodio #36 es un A Cuentagotas sobre la monitorización fetal continua. A pesar de que numerosos estudios muestran que la monitorización fetal continua mediante CTG no aporta beneficios en partos de baja complejidad o bajo riesgo, sigue utilizándose ampliamente en los paritorios en muchos lugares en la gran mayoría de los partos.
En este episodio, Judith comparte los hallazgos de un estudio etnográfico reciente sobre este fenómeno.
Como siempre, puedes escuchar (y ver) el episodio en Spotify, Apple Podcast o Youtube.
Resumen del estudio
Título: “When Evidence Fails to Change Practice: Examining the Persistence of Continuous Fetal Monitoring (cEFM)” (2025)
Objetivo: Investigar por qué, pese a la evidencia de que la monitorización fetal continua (cEFM/CTG) no aporta beneficio en partos de bajo riesgo, sigue siendo ampliamente utilizada.
Metodología:
- Observaciones en una sala de partos.
- Entrevistas con informantes clave (profesionales de maternidad) sobre sus prácticas y percepciones.
- Análisis de flujo de trabajo de la unidad, políticas/hábitos institucionales.
Hallazgos clave:
El estudio muestra que, aunque la auscultación intermitente (IA) está permitida y respaldada por las políticas del hospital, la monitorización fetal continua (cEFM) sigue siendo la práctica habitual incluso en mujeres elegibles para IA. Esta elección está influida tanto por factores clínicos como, sobre todo, no clínicos.
- Factores clínicos
- Los profesionales reconocen que la evidencia no respalda el uso rutinario del CTG continuo en embarazos de bajo riesgo, pero lo perciben como una forma de “minimizar riesgos”, especialmente ante la posibilidad, aunque poco frecuente, de un desenlace fetal grave.
- La categoría de “bajo riesgo” se ha ido estrechando y ha causado incertidumbre respecto a quién es realmente “bajo riesgo”, lo que provoca un sesgo hacia usar CTG por precaución.
- Factores no clínicos
- Miedo legal: Aunque no lo mencionan como motivo principal, el temor a litigios influye claramente. El CTG es percibido como una protección, aunque la interpretación del trazado no elimine la incertidumbre.
- Falta de formación: Hay pérdida de habilidades en IA, especialmente entre médicos y matronas residentes, lo que refuerza la dependencia del CTG.
- Políticas y sistemas electrónicos: Prácticas como los Non-Stress Tests (NST) rutinarios al ingreso o la historia clínica electrónica favorecen el uso continuo de la monitorización.
- Percepción (limitada) de las preferencias de las mujeres: Se asume que la mayoría quiere “lo más seguro”, pero pocas reciben información suficiente para participar en la decisión.
- Flujo de trabajo: El CTG facilita el trabajo (monitorización remota, menos presencia constante al pie de cama), mientras que IA requiere más tiempo y personal.
Conclusión:
Los autores concluyen que la persistencia del cEFM no puede entenderse como una simple resistencia a la evidencia: es el producto de la interacción entre múltiples factores interrelacionados. Estos factores se refuerzan entre sí:
- El miedo a litigios alimenta el uso del CTG.
- El uso extendido reduce la enseñanza y la práctica de IA.
- La pérdida de competencias hace más difícil abandonar el CTG.
- Esto fortalece políticas, flujos de trabajo y estructuras físicas diseñadas alrededor del CTG.
- Todo ello consolida la percepción de que el CTG es lo “normal”, incluso cuando la evidencia no lo respalda.
Se proponen acciones como: mejorar la formación, revisar políticas hospitalarias, visibilizar los beneficios de la evidencia, y generar espacios de reflexión para cambiar la práctica hacia la auscultación intermitente cuando sea adecuada.
Referencias
- De Vries, R. G., Low, L. K., Chuey, M., Abdelnabi, S., & Lewallen, M. (2025). When evidence fails to change practice: Examining the persistence of continuous fetal monitoring. Qualitative Health Research. Advance online publication. https://doi.org/10.1177/10497323251347137
- Alfirevic, Z., Devane, D., Gyte, G. M. L., & Cuthbert, A. (2017). Continuous cardiotocography (CTG) as a form of electronic fetal monitoring (EFM) for fetal assessment during labour. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2017(2), Article CD006066. https://doi.org/10.1002/14651858.CD006066.pub3
- Heintz, E., Lapinsky, S., & McEwan, A. (2008). The long‑term cost‑effectiveness of fetal monitoring during labour: An economic evaluation. BJOG: An International Journal of Obstetrics & Gynaecology, 115(10), 1232‑1240. https://doi.org/10.1111/j.1471‑0528.2008.01935.x
- Devane, D., & Lalor, J. G. (2005). Midwives’ visual interpretation of intrapartum cardiotocographs: Intra‑ and inter‑observer agreement. Journal of Advanced Nursing, 52(2), 133‑141.
- Li, Z., Wang, Y., Cai, J., Zhao, P., Chen, H., Liu, H., Shen, L., Chen, L., Li, S., Zhao, Y., & Wang, Z. (2022). Interobserver Agreement and Reliability of Intrapartum Nonreassuring Cardiotocography and Prediction of Neonatal Acidemia. Maternal‑Fetal Medicine, 4(2), 95‑102. https://doi.org/10.1097/FM9.0000000000000146
- Campbell, H. E., et al. (2024). An early health economic model: Attentive CTG monitoring versus usual care in term labour. Cost Effectiveness and Resource Allocation, 22, 49. https://doi.org/10.1186/s12962‑024‑00580‑x
- Gutiérrez, V. B., Bozhilova, L. V., Darko, N., Georgieva, A., & O’Hara, K. (2025). Intersectional dynamics and care disparities in intrapartum electronic fetal monitoring: A socio‑technical systems perspective. BMC Pregnancy and Childbirth, 25, Article 647. https://doi.org/10.1186/s12884‑025‑07765‑z
- Zeng, R., et al. (2021). Cardiotocography signal abnormality classification using time‑frequency features and ensemble cost‑sensitive support vector machine. Signal Processing, 186, 108299. https://doi.org/10.1016/j.sigpro.2021.108299
Transcripción del episodio
Judith Janssen (00:01)
quieres explorar y profundizar en el maravilloso mundo de la matronería y la obstetricia, únete a tu dosis semanal de reflexión y indagación de aguas claras. Bienvenida al podcast de Aguas Claras.
Judith Janssen (00:16)
Este episodio 36 es un A Cuentagotas. Hoy quiero dedicar una gota de reflexión a la monitorización fetal continua.
Porque a pesar de que numerosos estudios muestran que la monitorización fetal continua mediante CTG no aporta beneficios en partos de baja complejidad o de bajo riesgo, sigue utilizando ampliamente en los paritorios en muchos lugares en la gran mayoría de los partos.
Revisiones Cochrane y metanálisis indican que la monitorización continua no reduce la movilidad ni la mortalidad neonatal
incluso aumenta la probabilidad de intervenciones como la cesárea o el parto instrumental. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de los partos en España aún se acompañan de CTG continuo. La situación es muy similar a la de Estados Unidos, donde recientemente se llevó a cabo un estudio etnográfico para entender este fenómeno.
Porqué, a pesar de la evidencia la práctica sigue favoreciendo la monitorización continua,
por qué sigue siendo tan común el CTG? Algo que ya sabemos por experiencia propia es que en la práctica pesa mucho más la costumbre que la evidencia.
El estudio etnográfico mostró que, aunque los profesionales conocen la evidencia sobre la auscultación intermitente,
varios factores culturales y organizativos sostienen el uso de CTG continuo. El miedo, el miedo a problemas
lleva a muchos a preferir CTG
Los protocolos hospitalarios suelen establecer la monitorización continua como norma dejando poca autonomía al profesional. Luego la formación y experiencia en auscultación intermitente se ha reducido,
generando dependencia de la tecnología.
Y la cultura institucional y la percepción de las familias refuercen la idea de que siempre se hace así.
Además, los profesionales se enfrentan a otros desafíos prácticos. Es vez más difícil definir qué parto es realmente de bajo riesgo porque los criterios de "alto riesgo" se han ido ampliando con el tiempo. Esto complica aplicar guías basadas en evidencia que
recomiendan la auscultación intermitente. Luego, la interpretación de los registros de CTG es variable, es algo que también ya sabemos hace tiempo. Estudios muestran que los mismos registros evaluados meses después pueden generar juicios distintos. Esto demuestra que la monitorización continua no elimina la incertidumbre ni la tensión en la sala de partos.
Bueno, a eso se añada que no solo los profesionales se ven afectados, las usuarias suelen estar poco informadas y poco involucradas en decisiones sobre la monitorización fetal. A menos que pidan auscultación intermitente o la incluyan en su plan de parto, rara vez se discuten sus preferencias. Muchas usuarias no son conscientes ni siquiera de los riesgos del CTG continuo y casi nunca se les solicita su consentimiento.
encuestas de este estudio etnográfico muestran que más del 80 % de las madres querían que se les pidiera consentimiento antes de aplicar CTG durante el parto. Está claro que hace falta crear un sistema y una cultura que permitan aplicar la evidencia correctamente, respetando la autonomía de las usuarias y fortaleciendo la práctica basada en evidencia.
Entonces, ¿qué se puede hacer para acercar la práctica a la evidencia y garantizar una atención segura y centrada en la persona?
Un primer paso sería solicitar formación específica y continua en la auscultación intermitente. Crear guías claras para su uso, asegurando que todos los profesionales lo practiquen y apliquen de manera uniforme y segura. Luego, súper importante, dar información completa a las familias.
Y esto incluye un consentimiento informado obligatorio, basado en la evidencia sobre CTG y auscultación intermitente. Como tercer paso, habrá que hacer una revisión de las políticas de cada hospital. Revisar no solo los protocolos sobre la monitorización, sino cómo se aplican en la práctica. Desde los monitores al ingreso, el registro electrónico,
hasta la forma en que se organiza el personal en la sala, que a veces hace que se use el CTG continuo por
punto muy interesante sería cuestionar los supuestos económicos. La idea de que la monitorización centralizada siempre es más barata no se sostiene cuando se consideran todos los costes directos e indirectos. Varios estudios sugieran que la auscultación intermitente puede ser incluso más eficiente y segura en partos de baja complejidad,
porque también están los costes de la tecnología que son mucho más bajos en el caso de la auscultación intermitente y luego en la monitorización continua hay un costo oculto muy alto de sobreintervención. Aplicar la norma de one to one, una matrona por parto con auscultacion intermitente puede no aumentar los costes y a cambio mejorar la
atención centrada en la persona.
Bueno, el tema de la importancia de la formación. También se necesita una capacitación continua para todo el personal, no solamente las matronas, también los médicos deberían recibir entrenamiento continuo tanto en auscultación intermitente como en CTG. Para también poder elegir la herramienta adecuada según la situación.
En la evidencia ya está. Lo que falta es construir el entorno que haga posible aplicarla. Y ya sabemos que no se trata solo de datos, sino de cultura, de formación y de políticas que apoyen la atención basada en evidencia.
Esto es solamente una pincelada sobre un artículo reciente muy interesante.
Si quieres profundizar en este tema, puedes encontrar las fuentes y un resumen del artículo en las notas del episodio.
Yo me despido para hoy, nos escuchamos y nos vemos en el próximo episodio.
Judith Janssen (06:12)
En Aguas Claras seguimos conversando, reflexionando y reivindicando nuestra profesión. Suscríbete a nuestra newsletter en aguasclaras.org y síguenos en
@somosaguasclaras. Gracias por escuchar.